Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. B. FRANKLIN

MI CENTRO DE PRÁCTICAS

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miércoles, 30 de marzo de 2011

HISTORIA DEL COLEGIO NIÑO JESÚS

Allá por los años 1.616 un grupo de familias de esta villa, fundaron una cofradía denominada San Martín; su fin era socorrer, auxiliar o amparar a los vecinos pobres y desvalidos, acogiéndolos, en un Hospital y ampliando estas obras de caridad a los transeúntes que  lo necesitasen.
Los Hermanos cofrades que podían prestar estos servicios era insuficientes, por lo decidieron traer Religiosos Agustinos que se hiciesen cargo del Hospital. Se les entregaron bastantes fincas de las que obtenían buenas rentas.
Así funcionó hasta que Don Manuel Godoy “Príncipe de la Paz”, ordenó la venta de todas las fincas de las Cofradías. Este acontecimiento afectó al Hospital, quedando en “la nada” de todos los bienes que poseían. A partir de este momento hubo de sostenerse con lo recogido en el “cepillo” pasado durante las misas, limosnas cedidas por algunos enfermos….
            Ahora bien esto era insuficiente pero así fue funcionando hasta que el 9 de noviembre de 1.879, a iniciativa del Sr. Arcipreste, Don Francisco Periñán, se creó la “Asociación de señoras de San Vicente de Paúl.
            La finalidad de la Asociación era la de socorrer a  los Pobres corporal y espiritualmente siguiendo el Reglamento de su fundador San Vicente de Paúl.
            Siendo el Hospital obra del Obispado, el Sr. Arcipreste había pedido permiso a su Obispo para establecer allí a seis Hijas de la Caridad  al servicio de éste y atención a una Escuela  de Párvulos, de ambos sexos  y una clase de niñas de 7 a 15 años.
            La llegada de la Comunidad al Colegio tuvo lugar el 1 de Enero de 1.885
            Algunas niñas recibían las enseñanzas de forma gratuita, y otras , las que podían, pagaban una pequeña cantidad. La Comunidad tuvo serios problemas y dificultades económicas
            Fueron años de escasez y privaciones de los que se pudo ir saliendo gracias a los esfuerzos personales y comunitarios.
            Respecto al Hospital decimos que lo formaban dos salas, una de hombres y otras de mujeres. Todas las noches quedaban en “vigilancia” dos Hermanas por si venía alguna urgencia… Durante el día estos servicios los alternaba una Hermana con  la clase de pequeños, más una Auxiliar. El Hospital desempeñaba también las funciones de Casa de Socorro, pues era el único Centro sanitario del pueblo. El final del Hospital se cifra en los años 60-61, pero como Casa de Socorro continuó atendiendo a los vecinos de Chiclana hasta 1.980.
            En el Parvulario había unos 230 niños, que depositaban una perra gorda en la mesa de la Hermana… otros dejaban una perra chica… con la que se pagaba alguna auxiliar o deuda atrasada.
            Al Parvulario se le denominó “COLEGIO NIÑO JESÚS”, y acabaron llamando a toda la casa “Hospital Niño Jesús”.
            Pronto empezaron  a venir alumnas mayores hasta alcanzar las 450. Había cuatro Secciones. Los niños hacían aquí la Primera Comunión continuando hasta los 10 años que se marchaban. Las niñas no tenían edad tope.
            La Comunidad organizó la Asociación de Hijas de María, procurándoles una intensa formación cristiana mediante reuniones semanales y retiros mensuales, visitas a Pobres, ejercicios espirituales, actos de culto a la Virgen Milagrosa, capilla de la visita domiciliaria en el casco urbano y fura de él….
            La Asociación fue fundada en le 1.907 y ha funcionado sin interrupción hasta el presente con las llamadas Juventudes Mariana Vicencianas.
            Sobre 1.929 abren el Obrador, cuya finalidad es enseñar a las jóvenes, obtener cierta ayuda para la Casa y dar alguna gratificación a las que trabajaban. Las jóvenes  que se formaban en él, descubrieron el sentido del Pobre, intentando resolver sus necesidades. De ahí que muchas de ellas optaran por vivir el espíritu vicenciano, siendo Hijas de Caridad.
            El funcionamiento de la Casa subsistía, su mantenimiento aumentaba, ante esta situación las Hermanas presentaron sus ruegos al Ayuntamiento, y éste cedió a “subvencionar” a tres hermanas, pudiendo cobrar una pequeña cuota a algunos alumnos/as.
            Al poco tiempo, la Divina Providencia les hizo llegar un donativo para adquirir un pequeño terreno contiguo al Colegio y así poder ampliar patios y clases según las exigencias de la ley de E.G.B., el alumnado continuaba creciendo y requería aumento de aulas, laboratorio,… según la nueva legislación. A partir de ahora la nueva organización se componía de 5 maestras seglares y 5 Hermanas que ejercían la docencia en 8 unidades de E.G.B. subvencionadas y con un total de 318 alumnos, más una clase de párvulos no subvencionada.
            Se organiza la Asociación de Padres de Alumnos con gran ilusión, que ofrecen a sus hijas gran variedad de clases complementarias, diversas actividades, así como organización de fiestas, celebraciones, ... Y no satisfechos con esto se arriesgan “contra viento y marea”, superando innumerables dificultades para construir un Colegio nuevo  en su totalidad … de manera que aquel “disparatado proyecto” es hoy una realidad que da honra y gloria a todo el pueblo de Chiclana